Imashi, imashi, Micaela Martínez

Descripción

Imashi, imashi es un peregrinaje hacia las entrañas de la cordillera andina, pero también es un ascenso rumbo a las cumbres del lenguaje donde la tierra y el cielo se confunden usando como puente la voz de la poeta, a veces pájaro, a veces serpiente. Micaela Martínez nos pasea por parajes donde cada montaña es un verso y cada río, un susurro ancestral. Su mirada tierna tiene la capacidad de irse asombrando a medida que pronuncia: nube, volcán, montaña, achotillo, matico, granadilla, en un diálogo singular con la tierra extranjera y también propia, que la conmueven con su novedad y con su belleza.

La experiencia de ser la otra, la gringa, la foránea, genera reflexiones sobre las querencias del alma, de la identidad y de la casa. ¿Cómo formar parte de algo que se ama profundamente, pero a lo que no se puede pertenecer si no como espectadora? La poeta encuentra una respuesta en la belleza de la contemplación. Cada término es una puerta hacia un mundo nuevo, donde la fruta no es sólo su cáscara, si no, un pasaje hacia el misterio. La naturaleza se revela como un templo salvaje, un espacio sagrado donde lo humano y lo divino se entrelazan en el alma de una permanente mujer en movimiento.

                                                                                                   Solange Rodríguez Pappe

G

MICAELA MARTÍNEZ

Nació en la ciudad de Buenos Aires (Argentina), en 1988. Estudió Relaciones del Trabajo en la Universidad de Buenos Aires. Es docente y cofundadora de The Cat, un proyecto de traducción audiovisual y literaria para dar a conocer autores no traducidxs. Forma parte de "alguito", un ciclo de música y poesía interactiva para divulgar principalmente autores latinoamericanxs y desterrar el mito de la "poesía inaccesible". Publicó los libros de poesía: Para hacer leña (El Guadal, 2024), El tiempo del agua (Halley, 2023) y Aterrizar de pie (Litoral Dark, 2022). Participó en las antologías FE, EMMA y CAMPO (Camalote, 2024 y 2022). Le encantan los gatos, leer al sol y fruncir el ceño.