Gerónimo Berberena fue un inmigrante y español que llegó a la Argentina en 1911 y se trasladó a la zona de Lago Argentino en la provincia de Santa Cruz, con toda su familia. En 1924 afincó en El Calafate donde vivió hasta 1982, año de su muerte. Escribió sus memorias a las que llamó Memorias de un desmemoriado entre sus 87 y 90 años de edad. Ahora en este libro, su nieta, la escritora Lydia Helander, rescata y compila estos manuscritos. Aporta además, sus propias memorias sobre los hechos que narra su abuelo.

​Abuelo, subsististe junto a María Cruz en la soledad de la estepa, tierra de los aonikenk y de los vientos, acompañado por hombres y mujeres comunes, cuyos valores más importantes eran la amistad y el trabajo, luchando contra un clima cruel e inhóspito y las fuerzas de la naturaleza, mientras otros se enriquecían a costa de los más débiles. Más tarde, con tus bueyes y tu arado, abriste surcos en el suelo árido poblado de coirones de la que fuera Colonia Perito Moreno, hasta que el glaciar y el mítico lago pudieron más que vos y sus aguas te ganaron la partida. Sólo así, en la vejez, el ventisquero te detuvo y te dedicaste a cultivar tu quinta en el pueblo y a cuidar de los hermosos rosales que plantara la abuela María Cruz antes de morir. Hoy cumplo con vos, con mi madre Haydée Berberena de Helander y con mi prima Sonia Simunovic de Palmitessa, dando a conocer tus Memorias de un Desmemoriado, compartiendo también humildemente mis vivencias, segura de tu altruismo que aún es recordado por la gente de Calafate, así como tu visión de futuro que perdura a través de los tiempos y de la que son testigo estos escritos. Tu generosidad, tu alegría y la certeza de que nunca me desamparaste, viven todavía en mi corazón, tan firmes como la jota aragonesa que me cantabas desde niña. Lydia Helander Berberena

 

Gerónimo Berberena nació en Boquiñeni, un pueblo cercano a Zaragoza, España, en 1888. En 1911 llegó con su esposa María Cruz Latorre y su pequeña hija Pilar a Buenos Aires, Argentina, donde vivía uno de sus hermanos. En esta ciudad nació su segunda hija, Leonor.  En 1914, se trasladó con toda la familia a la Patagonia, a la zona del Lago Argentino, provincia de Santa Cruz. Realizó infinidad de trabajos. En el Paso Charles Furh, a las orillas del Río Santa Cruz, gerenció una sucursal de La Anónima. Allí nació su tercera hija Haydée. Levantó una chacra en la Colonia Perito Moreno, que finalmente fue devorada por el avance del entonces llamado Ventisquero Moreno. En 1924 se trasladó a El Calafate, donde vivió hasta su fallecimiento en 1982 y creó la casa Berberena. Fue un gran promotor del turismo cuando El Calafate todavía era desconocido y hoy parte de sus descendientes continúan su obra. Escribió las Memorias de un Desmemoriado entre sus 87 y 90 años de edad.

Memorias de un desmemoriado, Gerónimo Berberena / Lydia Helander

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Gerónimo Berberena fue un inmigrante y español que llegó a la Argentina en 1911 y se trasladó a la zona de Lago Argentino en la provincia de Santa Cruz, con toda su familia. En 1924 afincó en El Calafate donde vivió hasta 1982, año de su muerte. Escribió sus memorias a las que llamó Memorias de un desmemoriado entre sus 87 y 90 años de edad. Ahora en este libro, su nieta, la escritora Lydia Helander, rescata y compila estos manuscritos. Aporta además, sus propias memorias sobre los hechos que narra su abuelo.

​Abuelo, subsististe junto a María Cruz en la soledad de la estepa, tierra de los aonikenk y de los vientos, acompañado por hombres y mujeres comunes, cuyos valores más importantes eran la amistad y el trabajo, luchando contra un clima cruel e inhóspito y las fuerzas de la naturaleza, mientras otros se enriquecían a costa de los más débiles. Más tarde, con tus bueyes y tu arado, abriste surcos en el suelo árido poblado de coirones de la que fuera Colonia Perito Moreno, hasta que el glaciar y el mítico lago pudieron más que vos y sus aguas te ganaron la partida. Sólo así, en la vejez, el ventisquero te detuvo y te dedicaste a cultivar tu quinta en el pueblo y a cuidar de los hermosos rosales que plantara la abuela María Cruz antes de morir. Hoy cumplo con vos, con mi madre Haydée Berberena de Helander y con mi prima Sonia Simunovic de Palmitessa, dando a conocer tus Memorias de un Desmemoriado, compartiendo también humildemente mis vivencias, segura de tu altruismo que aún es recordado por la gente de Calafate, así como tu visión de futuro que perdura a través de los tiempos y de la que son testigo estos escritos. Tu generosidad, tu alegría y la certeza de que nunca me desamparaste, viven todavía en mi corazón, tan firmes como la jota aragonesa que me cantabas desde niña. Lydia Helander Berberena

 

Gerónimo Berberena nació en Boquiñeni, un pueblo cercano a Zaragoza, España, en 1888. En 1911 llegó con su esposa María Cruz Latorre y su pequeña hija Pilar a Buenos Aires, Argentina, donde vivía uno de sus hermanos. En esta ciudad nació su segunda hija, Leonor.  En 1914, se trasladó con toda la familia a la Patagonia, a la zona del Lago Argentino, provincia de Santa Cruz. Realizó infinidad de trabajos. En el Paso Charles Furh, a las orillas del Río Santa Cruz, gerenció una sucursal de La Anónima. Allí nació su tercera hija Haydée. Levantó una chacra en la Colonia Perito Moreno, que finalmente fue devorada por el avance del entonces llamado Ventisquero Moreno. En 1924 se trasladó a El Calafate, donde vivió hasta su fallecimiento en 1982 y creó la casa Berberena. Fue un gran promotor del turismo cuando El Calafate todavía era desconocido y hoy parte de sus descendientes continúan su obra. Escribió las Memorias de un Desmemoriado entre sus 87 y 90 años de edad.