Octubre Comunidad Lectora

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Descripción

Celina Alegría retoma aquí la interrogación del paisaje de Juan L. Ortiz, solo que invierte los términos y le presta certeras palabras a la voz de la naturaleza para que nos interrogue. Evoca, no obstante, una prehistoria en presente que nos prefigura. El animal deja tras su paso una escritura asemántica de puro rastro; la boca que muerde será la boca que hable. La pregunta por la violencia se hace gesto político cuando el poema se vuelve endecha por el femicidio de Georgina Díaz y la desaparición de su hijo Thiago, una madre y un niño arrojados a las aguas.

Escrito junto a un río, este poemario (¿poema-río?) lanza una mirada abismal, desde la otra orilla, hacia la cultura antropocéntrica que lo hizo posible. ¿Hubiéramos podido, podemos aún, ser con esos otros seres que nos preexisten? ¿Cuánto en común tenemos, en qué medida nos parecemos como hermanos? La garza, las ranas y también el espíritu ancestral de una abuela habitan el mundo en cada poema junto a quien los inscribe, los reconoce y los honra.

Beatriz Vignoli

Imagen de tapa y contratapa: Ana Quittard

 

Celina Alegría  nace el 21 de marzo de 1981, hoy vive en el Delta del Paraná, provincia de Buenos Aires. 

En el año 2012 participa del taller de poesía dictado por Susana Villalba, en el marco de la Maestría en Dramaturgia de la UNA. De ahí nace el encuentro con la poeta Claudia Masin y, fruto de esa práctica, en el 2020 edita, autogestivamente, una parte de su primer poemario, Pequeños Focos de Incendio. En febrero de este año asistió a la clínica Ars Poética coordinada por la poeta santafesina Beatriz Vignoli.

Su primer acercamiento a la escritura dramática fue en el taller de Mauricio Kartún y luego tuvo  como maestros a Susana Torres Molina y Ariel Barchilón. Escribió las obras El figurante, Salir de acá, Ladrama y Plagados de visiones.

Desde el año 2013 forma parte del colectivo artístico Kamishibai Infinito con el que compone modos de  presentar historias y multiplicar al teatro de papel, como herramienta y como forma de estar en el mundo.

Desde el año 2017 es parte del proyecto Ciudad de las Niñas y los Niños creado por Francesco Tonucci, donde trabaja y colabora en diferentes espacios y proyectos de participación.